Un aporte a la educación: ¿Desde que edad se puede educar?



Manuel Osses Montesinos. Neonatólogo. Hospital Barros Luco. Santiago de Chile.

Clásicamente se decía que un ser humano debe recibir educación desde que adquiere conciencia, suponiendo que esto sólo se logra en edades mayores de 6 años. Surgen las preguntas ¿que se entiende por conciencia y en que momento se puede considerar que el ser humano la adquiere?
Entonces nos topamos con el conocido problema de las definiciones.
La Real Academia Española de la lengua define definición como una "Proposición que expone con claridad y exactitud los caracteres genéricos y diferenciales de algo material o inmaterial".
Quienes trabajamos habitualmente con el método científico podemos dar fe del doble filo de las definiciones. Por un lado ellas son necesarias para universalizar los conceptos considerados en las investigaciones. Sin embargo, muchas veces quedamos entrampados en definiciones que ocluyen el ejercicio intelectual libre que requiere la ciencia para lograr sus propósitos de comprobar o descartar sus diferentes hipótesis. De ahí la necesidad de elaborar definiciones prácticas, que tengan carácter universal pero acorde a la realidad más que a la teoría.
Respecto a la definición de conciencia nos encontraremos con muchas, pero en general la mayoría concuerda que un ser humano tiene conciencia en la medida que es capaz de darse cuenta de las cosas que suceden en su entorno. Esto es muy amplio, relativo, complejo y difícil, tal es así que es casi imposible que alguna persona pueda darse cuenta de todas las cosas que le llegan, sobretodo en estos tiempos globalizados. Sin embargo, la sociedad lo estima tanto así que la ley considera a un ciudadano conciente de sus deberes y derechos a los 18 años para algunas cosas o a los 21 años para otras. En rigor ni siquiera un abogado puede retener en la memoria toda la legislación vigente debiendo respaldarse con los textos. Esto demuestra la distancia que existe entre las definiciones teóricas y la realidad.
Desde un punto de vista real debemos admitir que el ser humano va adquiriendo progresivamente un estado de conciencia desde sus primeros estadios de vida intrauterina hasta la edad mental adulta. En esta linea podemos admitir que conciencia es la capacidad que desarrolla progresivamente el ser humano para darse cuenta de las cosas que ocurren en el exterior e interior de si mismo. Por tanto unos pueden desarrollar mejor o peor esta capacidad. Entendiendo así las cosas podemos considerar que el inicio de la educación puede darse en estadios precoces de la conciencia humana. Numerosas publicaciones apuntan a la importancia de la estimulación fetal temprana y postnatal inmediata como el momento óptimo preparatorio para recibir una educación continua adecuada a cada etapa del desarrollo cerebral.
Ya el Dr. Václav Vojta, neurólogo y neuropediatra de origen checo, desarrolla en los años 50 un método para el tratamiento fisioterápico de las alteraciones motoras del prematuro lo cual abre las primeras luces de la importancia de la estimulación temprana en el bebé. Ello es avalado por el éxito progresivo de la Asociación Vojta Internacional. Lo mismo sucede con los exitosos estudios de estimulación pre y postnatal de la Dra. Beatriz Manrique Directora del CEDIHAC y sus colaboradores en Venezuela quienes demuestran en un grupo importante de pacientes tratados con un protocolo de estimulación temprana mejores coeficientes intelectuales respecto a los controles no tratados.
Así como éstas existen numerosas publicaciones que indican que mientras más temprana es la estimulación perinatal mejores son los resultados a posteriori. Lo cierto es que aún hay mucho terreno que explorar, al respecto, tanto en el feto como en el recién nacido.
Sabemos que desde los primeros estadios fetales humanos el sustrato cerebral comienza a abrir numerosos canales a su entorno intrauterino a través de los primeros estímulos sensoriales. Los factores y variables involucradas en este contexto conceptual representa un terreno inexplorado que merece la atención de los investigadores para descifrar los códigos escondidos en la íntimidad de la mente humana.
Así como Vojta y colaboradores demostraron que las vías nerviosas motoras tienen una trasmisibilidad neuronal significativa desde edades gestacionales precoces y que Manrique hizo lo mismo a nivel intelectual (escala de Wechsler), así también, Orlando Terré Camacho, Presidente de la Asociación Mundial de Educación Especial (OMEDI), es creador del método Point aplicado a la educacion de niños entre 0-6 años, actual líder mundial de ésta idea señala que “la estimulación temprana es el conjunto de medios, técnicas, y actividades con base científica y aplicada en forma sistémica y secuencial que se emplea en niños desde su nacimiento hasta los seis años, con el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas, físicas y psíquicas, permitiendo también, evitar estados no deseados en el desarrollo y ayudar a los padres, con eficacia y autonomía, en el cuidado y desarrollo del infante”. (Orlando Terré, 2002)
El mito que la enseñanza y la educación humana comienza a los 6 años terminó a la luz del resultado de las investigaciones. Desde hace bastante tiempo la evidencia de las publicaciones neurológicas indican que la mayor plasticidad y ductilidad cerebral va desde el periodo perinatal hasta los 6 años. Es por ello que en muchos países desarrollados e incluso Latinoamericanos existen programas de estimulación temprana perinatal. También en nuestro país esta implementado el método Vojta en la mayoría de las unidades de neonatología estatales a objeto de minimizar los déficit motores del prematuro. Lo importante es no dejar vacíos entre el lactante y el escolar.
El mensaje va en dos direcciones: una a los profesionales especializados de la salud y la educación entendiendo que deben ensamblar sus métodos para entregar continuidad a programas educacionales integrados en sus distintas etapas cognitivas a objeto de optimizar el desarrollo intelectual de la población. La otra direccionalidad va hacia las autoridades educacionales para que consideren lo mismo pero organizado a nivel pais.
Nuestros programas educacionales no pueden desperdiciar los primeros seis años de vida del niño en la certeza que son los años más flexibles y abiertos a la recepción plurisensorial, cognitiva e intelectual. Después ya el formato intelectual basal está definido en una estructura mejor o peor dependiendo de la suerte de haber recibido una adecuada estimulación previa.
Los Profesionales de la salud y la educación, deben unir sus métodos para mejorar la calidad y continuidad de la educación integral desde la vida intrauterina hasta la edad mayor.